Hoy he quedado con todos mis amigos. Caminábamos
tranquilamente cuando llegamos a un parque. Uno de ellos estaba con su
monopatín cuando de repente se dio
un golpe.
-
¡Ay!,
¡vaya tortazo me he metido con esa valla!
-
¿Te encuentras bien? A ver donde te has dado el golpe.
-
En el brazo derecho. Me duele mucho, espero no haberme hecho nada.
-
¡Bah!,
eso te dolerá un rato, pero poco a poco se te quitará el dolor.
-
Querría que me mirasen en casa y ponerme algo de
hielo.
-
¿Y por dónde se va?, que te acompaño.
-
Yo te guío.
En ese momento me despedí de los demás y como el brazo le
seguía doliendo, mientras estábamos yendo
decidimos coger el autobús.
-
¡Hola chicos!, ¿qué tal lo habéis pasado?
-
¡Hola mamá! Me he caído y me duele el brazo.
-
¿Ah, sí?,
déjame ver. Esto no es nada, te pongo un poco de hielo y ya. ¿Cómo fue la caída?
-
Me di contra una valla, Miguel lo vio.
-
¿En
serio?, pues quédate en casa y ya mañana si ves que te has recuperado bajas
otra vez, pero aprovecha esta tarde para estudiar, que el jueves tiene examen.
-
¡Jolines!, ¿No hay otra cosa que haya que hacer mejor que estudiar?
-
Sí, hacer los deberes de matemáticas.
-
Bueno, yo me voy que también tengo que hacer los
deberes. ¡Adiós!
-
¡Hasta luego!
Mi amigo no tuvo más remedio que quedarse en casa.Volví al parque tan cansado que las piernas me estaban
empezando a decir basta.
-
¿Qué tal está Antonio?
-
Bien, pero ahora tiene que descansar y hacer los deberes.
-
¡Qué suerte!, mira este tubo tan raro que me he encontrado.
-
Sí, ¿dónde?
-
Ahí
en ese campo cercano.
-
Ese sitio es muy vasto, habrá que coger unas chaquetas y hacer unas porterías con ellas. ¿Dónde está el balón?
- Cerca de ese haya hay uno, pero está sucio.
- Da igual, jugaremos así.
Después del partido acabamos más o menos cansados.
-
¿Te vas a quedar más?
-
No, vayámonos
a casa ya, que .
-
Vale, hasta mañana.